sábado, 31 de enero de 2015

Enfoques de la Globalizacion

Distintos enfoques sobre la globalización


La noción estándar de la globalización

El término globalización empezó a utilizarse de manera generalizada en la década de 1980, en los medios de comunicación, las universidades y los ámbitos empresarios, cuando las transacciones internacionales, comerciales y financieras, comenzaron a hacerse más rápidas y fáciles, merced a los avances tecnológicos. Por eso el término está asociado a un fuerte aumento de los intercambios internacionales y de la integración de las economías. En esta línea, el FMI da una definición de qué es globalización que goza de generalizada aceptación en los medios de comunicación y académicos. Sostiene que la globalización es un proceso histórico, resultado de la innovación humana y del progreso tecnológico, y se refiere a la creciente integración de las economías alrededor del mundo, particularmente a través del movimiento de bienes, servicios y capitales a través de las fronteras. El FMI agrega que el término a veces también se refiere al movimiento internacional de gente (trabajo) y conocimiento (tecnología). Y que existen dimensiones más amplias de la globalización, que comprenden lo cultural, lo político y lo ambiental (IMF 2008). Esta caracterización a su vez se vincula con una explicación de sus causas. Se sostiene que en la base del proceso están operando las mismas fuerzas que operaron durante siglos a todos los niveles de la actividad humano, impulsando a los seres humanos a viajar e intercambiar. Es la vieja idea de Adam Smith, de la “propensión (de la naturaleza humana) a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra” 

Las críticas antiglobalistas de izquierda y derecha
Las posiciones de la corriente principal sobre la globalización han sido criticadas por autores antiglobalistas, tanto de izquierda como de derecha. Entre los más relevantes del campo de la izquierda podemos mencionar a James Petras, Paolo Giussani, Hirst y Thompson. Básicamente sostienen que si por globalización se entiende la circulación de mercancías e inversiones, y la organización de la producción y las tecnologías a nivel internacional, habría que admitir que estos fenómenos siempre estuvieron presentes en el modo de producción capitalista, y por lo tanto la globalización no tiene nada de nuevo. Por ejemplo, Paolo Giussani, en la línea de pensamiento de Hirst y Thompson, afirma que el cociente entre el comercio mundial y el producto bruto creció a una tasa menor entre 1970 y 1994, que entre 1950 y 1970 (Giussani, 2000, p. 300). También sostiene que en términos de dependencia con respecto al comercio mundial, algunos grandes países de la OCDE, como Japón, Países Bajos y Gran Bretaña estaban incluso menos internacionalizados en la década de 1990 que en vísperas de la Primera Guerra. Giussani también plantea que los países subdesarrollados no aumentaron sus cuotas de exportación a nivel mundial. En 1950 representaban algo menos del 33% del total mundial, y en 1994 algo menos del 25%. Además, sigue Giussani con respecto a las multinacionales, su crecimiento es menos reciente de lo que generalmente se piensa, y no han perdido sus bases nacionales.

Petras adopta una posición similar, pero en una perspectiva de más largo plazo. Afirma que si bien en los últimos años ha habido un aumento de la circulación y los capitales “están entrando en todas partes”, la “novedad misma de la globalización” debe ser cuestionada, ya que “la circulación y la producción extranacional… tienen una larga historia” 

Por otra parte, desde esta postura también se rechaza la idea de que la globalización habría sido beneficiosa para los pueblos. Se sostiene que en realidad está acentuando la explotación, barriendo con las conquistas históricas de las clases trabajadoras de los países adelantados, y que no existe la tan mentada integración de los pueblos. Como afirma Petras (2000), no tiene sentido hablar de la globalización como un proceso de comunicación e integración, ya que solo hay dinamismo en algunas clases y algunas regiones, en tanto que otras están perjudicadas. A lo que debería agregarse que 100 millones de negros e indígenas murieron en el proceso “no como efecto de una integración sino de desintegración”

Una visión alternativa
La explicación que presentamos es alternativa de las anteriores, porque se ubica en las tradiciones de Marx y Engels, y en particular porque tiene como punto de partida la crítica a la dialéctica del capital. Este punto de vista nos lleva a afirmar que la globalización consiste en la extensión planetaria de la relación capital/trabajo, y que como tal, constituye un fenómeno contradictorio (que dará lugar a una perspectiva crítica distinta de la antiglobalizadora de izquierda) y cualitativamente nuevo. Por eso también sostenemos que la globalización no se explica única ni principalmente por la tecnología, como pretende el FMI, sino por el despliegue de las relaciones sociales capitalistas. La tecnología constituye la base material que permite la extensión planetaria del capital, pero no es su causa impulsora.

En definitiva, la idea que orienta este análisis es que cuando en la sociedad burguesa domina el capital, éste “debe constituir el punto de partida y el punto de llegada del análisis” (Marx, 1989, t.1, p. 421). Esto se aplica particularmente a la mundialización. Como también sostenía Marx, la tendencia a crear el mercado mundial “está dada directamente en la idea misma del capital” (ídem, p. 360). Es que el fin y la condición para la existencia del capital es la valorización del valor, y esto implica el impulso incesante a ampliar mercados, a subsumir bajo la relación del trabajo asalariado crecientes fuerzas humanas, y a absorber dentro de sí todo lo que le es exterior. La culminación de este proceso es la extensión a escala planetaria del modo de producción capitalista. Es por esta razón que el impulso a la mundialización está condicionado histórica y socialmente.

Así como el capitalismo es el modo de producción que impulsa de la manera más frenética el desarrollo de las fuerzas productivas, también es el que genera el mayor impulso a la expansión planetaria. Por esta razón también, es un error pensar que las razones de la globalización son políticas -ascenso de tal o cual fracción de las clases dominantes de los países centrales, adopción de tal o cual estrategia política, etc.- o coyunturales. Lo cual no significa que las instancias políticas no incidan en los ritmos y en las evoluciones concretas. Por caso, las contradicciones entre las potencias entre 1914 y 1945, y la emergencia de la amenaza del socialismo, explican la contracción del mercado mundial, en particular en la década de los 30. Pero en la medida en que subsiste la relación capitalista, el impulso al desarrollo de las fuerzas productivas, y con él, a la expansión del mercado, termina por imponer sus derechos. Por este motivo, desde esta perspectiva, la crítica de la globalización es interna y consustancial a la crítica de la relación capitalista.







Hegemonia Imperial




Imperio, hegemonía imperial y orden planetario: algunos elementos de análisis

¿Qué es lo que explica el ascenso histórico de Estados Unidos hacia la condición de potencia global dominante y hegemónica a partir de la segunda mitad del siglo XX?   Habría que explorar en las causas del desarrollo económico y tecnológico del capitalismo durante el siglo XIX y que encuentra su cristalización en Norteamérica, a lo largo de las dos guerras mundiales del siglo XX: la única gran potencia que emerge triunfante de ambas guerras es Estados Unidos, incluso no obstante que la Unión Soviética fue la otra gran vencedora de la Alemania hitleriana en 1945. 

Es posible sustentar la hipótesis de que el ascenso histórico de Estados Unidos a la condición de potencia dominante durante el siglo XX, se explica por la expansión del modo de producción capitalista a escala planetaria, por el uso ostensible y sistemático de la guerra como instrumento de dominación y de avasallamiento de las potencias que no aceptaran la hegemonía estadounidense, y por la existencia de una cultura-ideología liberal-capitalista que otorga sustento ideológico y justificación política a esta dominación, la que se expande a nivel mundial como parte de una industria cultural.  Según este esquema explicativo por lo tanto, tres serían las causas fundamentales del ascenso de EE.UU. a la condición de potencia mundial hegemónica: la expansión económica y tecnológica capitalista, la acción bélica como herramienta de dominación y la expansión de una ideología que le da sustento.










¿El mundo ha entrado en una nueva era imperial?

Resulta sintomático constatar que en la discusión teórica e intelectual que se plantea hoy en las Ciencias Sociales y la Ciencia Política contemporáneas en particular, no es si estamos asistiendo o no a una nueva era imperial, sino cuál será la duración de esta dominación.  El que Estados Unidos haya ascendido a la condición de potencia imperial en el mundo actual no está en discusión, es, por el contrario, un dato histórico y empírico fuera de discusión.  Lo que nos parece provechoso analizar es si acaso ésta dominación, esta hegemonía imperial se está produciendo sin obstáculos y cuáles son los rasgos característicos de dicha hegemonía imperial.

Para entender este fenómeno necesitamos situarnos teóricamente en una perspectiva global del orden mundial, y para ello recurriremos a la noción de "sistema-mundo" para dar cuenta de un orden mundial articulado sistémicamente en el que se integran actores de distinta jerarquía y potencia, dentro de estructuras mundiales y/o globales que tienden a interrelacionarse entre sí. El mundo ha entrado, también desde el siglo XX, en un modo de organización mundial que denominamos "sistema-planeta" o "sistema-mundo": es este modo de organización global el que constituye el trasfondo de la constitución de un sistema imperial y unipolar de hegemonía.

Tales períodos de hegemonía real, en los que la capacidad de la potencia hegemónica de imponer su voluntad y su "orden" sobre otras potencias no se ve sometida a amenazas serias, han sido relativamente poco duraderos en la historia del sistema-mundo moderno. En mi opinión, se han dado sólo tres casos: las Provincias Unidas a mediados del siglo XVII, el Reino Unido en el XIX, y los Estados Unidos a mediados del XX. Sus respectivos "momentos de hegemonía" entonces, duraron alrededor de veinticinco a cincuenta años en cada caso.
Al final de cada uno de esos períodos, esto es, cuando la antigua potencia hegemónica se iba convirtiendo simplemente en una gran potencia entre otras (incluso si seguía siendo durante algún tiempo la más fuerte desde el punto de vista militar), el sistema perdía estabilidad y en consecuencia también perdía legitimación, lo que implica menos paz. En este sentido, el período actual, que sucede a la hegemonía de los U.S.A., no es esencialmente distinto a los que siguieron a la hegemonía británica durante el siglo XIX, o a la holandesa a mediados del XVII.
Pero si ésto fuera todo lo que pudiera decirse del período 1990-2025, o 1990-2050, o 1990-?, apenas valdría la pena discutir sobre ello, excepto a lo más como una cuestión de gestión técnica de un orden mundial inestable (que es precisamente como demasiados políticos, diplomáticos, profesores y periodistas lo tratan).

Hay, sin embargo, más, probablemente mucho más, en la dinámica del próximo medio siglo, poco más o menos, de gran desorden mundial. Las realidades geopolíticas del sistema interestatal no descansan exclusivamente, ni siquiera principalmente, sobre el rapport de forces militar entre el subconjunto privilegiado de Estados soberanos que llamamos grandes potencias --esos Estados suficientemente grandes y ricos que disponen de ingresos que les permiten desarrollar una capacidad militar seria. En primer lugar, sólo algunos Estados son suficientemente ricos como para disponer de tal base recaudatoria, siendo esa riqueza más la fuente que la consecuencia de su fuerza militar, aunque evidentemente ese proceso se retroalimente. Y la riqueza de esos Estados con respecto a la de otros depende tanto de su tamaño como de la división del trabajo en la economía-mundo capitalista.

La economía-mundo capitalista es un sistema que implica una desigualdad jerárquica de la distribución basada en la concentración de ciertos tipos de producción (relativamente monopolizada, y por tanto con una elevada tasa de beneficio) en ciertas zonas limitadas, que se convierten así en atractores de la mayor acumulación de capital. Esa concentración permite el reforzamiento de las estructuras estatales, que a su vez tratan de garantizar la supervivencia de esos monopolios relativos. Pero como los monopolios son de por sí frágiles, se ha ido produciendo una constante, discontinua y limitada pero significativa relocalización de esos lugares de concentración a lo largo de toda la historia del sistema-mundo moderno.

















Introducción a la Globalizacion Economica

INTRODUCCIÓN A LA GLOBALIZACION ECONÓMICA

La globalización o mundialización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a escala planetaria que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal, y que han abierto sus puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.


Este proceso originado en la Civilización occidental y que se ha expandido alrededor del mundo en las últimas décadas de la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con la caída del comunismo y el fin de la Guerra Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria (Nueva Economía) cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo. El ordenamiento jurídico
también siente los efectos de la globalización y se ve en la necesidad de uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales con el fin de mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, además de universalizar el reconocimiento de los derechos fundamentales de ciudadanía. En la cultura se caracteriza por un proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global (aldea global), al respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural. En lo tecnológico la globalización depende de los avances en la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la masificación de las TICs y el Internet. En el plano ideológico los credos y valores colectivistas y tradicionalistas causan desinterés generalizado y van perdiendo terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta. Los medios de comunicación clásicos, en especial la prensa escrita, pierden su influencia social (cuarto poder) frente a la producción colaborativa de información de la Web 2.0 (quinto poder).

Mientras tanto en la política los gobiernos van perdiendo atribuciones en algunos ámbitos que son tomados por la sociedad civil en un fenómeno que se ha denominado sociedad red, el activismo cada vez más gira en torno a movimientos sociales y las redes sociales mientras los partidos políticos pierden su popularidad de antaño, se ha extendido la transición a la democracia contra los regímenes despóticos, y en políticas públicas destacan los esfuerzos para la transición al capitalismo en algunas de las antiguas economías dirigidas y la transición del feudalismo al capitalismo en economías subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito. Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones internacionales el multilateralismo y el poder blando se vuelven los mecanismos más aceptados por la comunidad internacional.

La sociedad civil también toma protagonismo en el debate internacional a través de ONGs internacionales de derechos humanos que monitorean la actividad interna o externa de los Estados. En el ámbito militar surgen conflictos entre organizaciones armadas no-estatales (y transnacionales en muchos casos) y los ejércitos estatales (guerra contra el terrorismo, guerra contra el narcotráfico, etc), mientras las potencias que realizan intervenciones militares a otros países (usualmente a los considerados como Estado fallido) procuran ganarse a la opinión pública interna y mundial al formar coaliciones multinacionales y alegando el combate a alguna amenaza de seguridad no sin amplios debates sobre la legitimidad de los conceptos de guerra preventiva e intervención humanitaria frente al principio de no intervención y de oposición a las guerras.

La valoración positiva o negativa de este fenómeno, o la inclusión de definiciones alternas o características adicionales para resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas.