Imperio,
hegemonía imperial y orden planetario: algunos elementos de análisis
¿Qué es lo que explica el ascenso histórico de Estados
Unidos hacia la condición de potencia global dominante y hegemónica a partir de
la segunda mitad del siglo XX? Habría
que explorar en las causas del desarrollo económico y tecnológico del
capitalismo durante el siglo XIX y que encuentra su cristalización en
Norteamérica, a lo largo de las dos guerras mundiales del siglo XX: la única
gran potencia que emerge triunfante de ambas guerras es Estados Unidos, incluso
no obstante que la Unión Soviética fue la otra gran vencedora de la Alemania
hitleriana en 1945.
Es posible sustentar la hipótesis de que el ascenso
histórico de Estados Unidos a la condición de potencia dominante durante el
siglo XX, se explica por la expansión del modo de producción capitalista a
escala planetaria, por el uso ostensible y sistemático de la guerra como
instrumento de dominación y de avasallamiento de las potencias que no aceptaran
la hegemonía estadounidense, y por la existencia de una cultura-ideología
liberal-capitalista que otorga sustento ideológico y justificación política a
esta dominación, la que se expande a nivel mundial como parte de una industria
cultural. Según este esquema explicativo
por lo tanto, tres serían las causas fundamentales del ascenso de EE.UU. a la
condición de potencia mundial hegemónica: la expansión económica y tecnológica
capitalista, la acción bélica como herramienta de dominación y la expansión de
una ideología que le da sustento.
¿El mundo ha entrado en una nueva era imperial?
Resulta sintomático constatar que en la discusión teórica e
intelectual que se plantea hoy en las Ciencias Sociales y la Ciencia Política
contemporáneas en particular, no es si estamos asistiendo o no a una nueva era
imperial, sino cuál será la duración de esta dominación. El que Estados Unidos haya ascendido a la
condición de potencia imperial en el mundo actual no está en discusión, es, por
el contrario, un dato histórico y empírico fuera de discusión. Lo que nos parece provechoso analizar es si
acaso ésta dominación, esta hegemonía imperial se está produciendo sin
obstáculos y cuáles son los rasgos característicos de dicha hegemonía imperial.
Para entender este fenómeno necesitamos situarnos
teóricamente en una perspectiva global del orden mundial, y para ello recurriremos
a la noción de "sistema-mundo" para dar cuenta de un orden mundial
articulado sistémicamente en el que se integran actores de distinta jerarquía y
potencia, dentro de estructuras mundiales y/o globales que tienden a
interrelacionarse entre sí. El mundo ha
entrado, también desde el siglo XX, en un modo de organización mundial que
denominamos "sistema-planeta" o "sistema-mundo": es este
modo de organización global el que constituye el trasfondo de la constitución
de un sistema imperial y unipolar de hegemonía.
Tales períodos de hegemonía real, en los que la capacidad de
la potencia hegemónica de imponer su voluntad y su "orden" sobre
otras potencias no se ve sometida a amenazas serias, han sido relativamente
poco duraderos en la historia del sistema-mundo moderno. En mi opinión, se han
dado sólo tres casos: las Provincias Unidas a mediados del siglo XVII, el Reino
Unido en el XIX, y los Estados Unidos a mediados del XX. Sus respectivos
"momentos de hegemonía" entonces, duraron alrededor de veinticinco a
cincuenta años en cada caso.
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Pero si ésto fuera todo lo que pudiera decirse del período 1990-2025, o 1990-2050, o 1990-?, apenas valdría la pena discutir sobre ello, excepto a lo más como una cuestión de gestión técnica de un orden mundial inestable (que es precisamente como demasiados políticos, diplomáticos, profesores y periodistas lo tratan).
Hay, sin embargo, más, probablemente mucho más, en la
dinámica del próximo medio siglo, poco más o menos, de gran desorden mundial.
Las realidades geopolíticas del sistema interestatal no descansan exclusivamente,
ni siquiera principalmente, sobre el rapport de forces militar entre el
subconjunto privilegiado de Estados soberanos que llamamos grandes potencias
--esos Estados suficientemente grandes y ricos que disponen de ingresos que les
permiten desarrollar una capacidad militar seria. En primer lugar, sólo algunos Estados son suficientemente
ricos como para disponer de tal base recaudatoria, siendo esa riqueza más la
fuente que la consecuencia de su fuerza militar, aunque evidentemente ese
proceso se retroalimente. Y la riqueza de esos Estados con respecto a la de
otros depende tanto de su tamaño como de la división del trabajo en la
economía-mundo capitalista.
La economía-mundo capitalista es un sistema que implica una
desigualdad jerárquica de la distribución basada en la concentración de ciertos
tipos de producción (relativamente monopolizada, y por tanto con una elevada
tasa de beneficio) en ciertas zonas limitadas, que se convierten así en
atractores de la mayor acumulación de capital. Esa concentración permite el
reforzamiento de las estructuras estatales, que a su vez tratan de garantizar
la supervivencia de esos monopolios relativos. Pero como los monopolios son de
por sí frágiles, se ha ido produciendo una constante, discontinua y limitada pero
significativa relocalización de esos lugares de concentración a lo largo de
toda la historia del sistema-mundo moderno.
Roy Silva:
ResponderEliminarBuenas noches... me parece muy interesenta la información presentada y la tematica presentada, mas cuando la globalizacion nos esta llenvando a una situacion en la cual debemos estar preparados para innovar....
Excelente información historica de los cambios en la ideologías sociales en nuestra actualidad.
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